Me la encontré en mi paseo a Tara. Como puede verse, es una rana. Creo que una rana joven, cambiando de color. Cuando llegué a la fuente, la rana estaba sobre la piedra de la balaustrada, tomando el sol . La miré y ella me miró. Me quedé inmóvil, no quería que desapareciera de mi vista. Me causa mucha desilusión escuchar el "plof" de las ranas saltando al agua cuando me acerco a una charca. Me encantan las ranas, pero supongo que son asustadizas (o puede que solo tímidas) y casi nunca consigo que se queden en tierra y pasar desapercibida ante ellas. Así que me quedé quieta, seguí mirándola.
Al rato, decidí sentarme sobre la cerca de piedra. Lo hice muy despacio, sin quitarle los ojos de encima, pensando que así podría engañarla, hacerla creer que no me estaba moviendo. La rana siguió tomando el sol, supongo que no me dio tanta importancia o se acostumbró a mi presencia. Una vez sentada, y siempre de forma cuidadosa, saqué mi bloc de dibujo y destape mi super-lápiz Faber Castlle con capucha. Entonces sí que pareció darse cuenta y… ¡comenzó a posar!... “Aha, una rana presumida…”, pensé. Comenzaba a dibujarla cuando la oí decir: “Espero que me saques hermosa… este es mi lado bueno”. Hice lo que pude.
Cuando terminé su retrato, quise mostrarle la imagen pero, de un salto, se zambulló en el agua y desapareció en su verde fondo. Eso sí, antes del plof, la escuché reír. Supongo que al final no le importaba tanto si era o no hermosa, y solo quería hacer chanzas conmigo, jugar un rato y pasarlo bien. Quiero mucho a esa rana, fue divertido conocerla.