Con los brazos abiertos te recibo, ante ti me inclino y te saludo de corazón.
Pueda el mundo acompañarte como mereces,
viendo con claridad la belleza de la que nos rodeas
y la que surge a cada instante en el interior.
Bienvenida, Primavera, que tengas un dulce despertar,
entra, pasa, quédate a desayunar.