martes, 29 de enero de 2013

Un cálido invierno




Esta es la primera acuarela que hice de Selva. Encontrármela echa un ovillo sobre la pila de cuadrantes con la ropa de verano recién guardada me pareció una imagen irresistible.

Adónde irían las largas tardes rosáceas, los amaneceres naranjas, el olor a salitre y sal, las noches claras de salamanquesas trepando por los muros, el fresco parterre bajo la sombra de las glicinias, los pies descalzos y el tazón de gazpacho entre las manos, los nidos de mirlos, las bolas de papel rodando entre la hierba.

Dormitando sobre una montaña de vivencias estivales, diciendo adiós a su primer verano en casa. Preparando el corazón, para calentar con toda su dulzura, la llegada del invierno. Y en eso estamos ahora.

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