La tierra sostiene,
la tierra alimenta.
Los elementos en mí
puedo sentirlos desde la tierra.
¿Cómo voy a preferir
vivir en el aire?
No tengo alas,
son pies lo que tengo.
Invirtiendo el deseo de Frida,
son los pies lo que quiero.
Sentirme firme,
serena en tierra.
Con los brazos abiertos,
la cabeza alzada,
el corazón extendido
en todas las direcciones.
Si fuera posible
permanecer en ese estado un instante.
Si fuera posible mantenerlo
varios instantes seguidos,
respirar sin dejar huecos.
¿Por qué es tan difícil respirar hasta el final?
Llenarse de aire, retener, soltar,
la nada, vuelta a empezar.
¿Por qué cuesta tanto vaciarse por completo?
Liberar, dejar ir, ver marchar.
¿Creemos que perderemos la vida
si nos quedamos por un momento
sin aire dentro?
¿Por qué ese pavor a soltar
todo rastro de dióxido de carbono
y quedarse junto al silencio brutal
de ese vacío que se genera
antes de volver a inspirar?
Un silencio que es calma,
espaciosidad.
¿Por qué no se busca más a menudo
si es para el bien de nuestro ser y
sus aspectos?
El aire me conecta con el cuerpo,
me conecta con la materia
que es tierra, que es vida.
Y desde ahí,
todo lo puedo.
De nuevo, el miedo.
Mejor mantener un poco de aire
viciado dentro,
no vaya a ser que lo perdamos todo
al vaciarnos por completo.
Y a la vez,
la resistencia de llegar hasta el
final,
de alcanzar la máxima capacidad de
oxígeno
para transportarlo a cada célula,
a cada tejido.
Renovar el cuerpo,
purificar sus rincones.
¿Miedo a recibir vida?
¿Miedo a la plenitud,
a la satisfacción completa?
Tal vez.
A no tener nada de lo que quejarse,
a que surja otro yo al dejar de
hacerlo.
Eso da miedo.
Otro yo desconocido
y sin explorar.
¿Por qué dará eso miedo y
nos atrae al mismo tiempo
con la fuerza de un imán?
Como la gravedad de la tierra
que tira del cuerpo
nos atrae soltar ese yo insatisfecho.
Buscamos las herramientas para
hacerlo,
nos resistimos cuando las encontramos,
de nuevo el vértigo.
Cambio,
impermanencia ,
infinitud,
es lo natural.
Para eso quiero los pies,
y la tierra,
para asentarme en ella
y dejarme ser.
Mostrar lo que soy
a cada momento,
un ser fluctuante.
Observar al miedo
para que no venza,
sostenida en los brazos
de la madre de todos.
Para qué quiero alas
teniendo yo pies.
Anclarme en tierra
es lo que quiero.
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