lunes, 18 de febrero de 2013

Violetas silvestres



 

   

El abuelo Salvador siempre tenía caramelos de La Pajarita y de Violetas que compraba en las bombonerías de la Puerta del Sol y de la Plaza de Canalejas cuando iba a Madrid. Luego, la abuela María Rosa nos los daba a los nietos cuando íbamos a su casa. 

Me encantaba aquella ceremonia, seguir a la abuela, como a hurtadillas, para entrar en su dormitorio, tan recogido, tan limpio, tan en silencio y en penumbra. La abuela María Rosa abría entonces con la llavecita dorada el portón de madera del antiguo armario, sacaba los caramelos y me los daba. Por aquel entonces aquellos caramelos me parecían demasiado duros y no apreciaba tanto su sabor como el ritual para conseguirlos y lo bonitos que eran. Los de pajarita, de colores brillantes y rectangulares, demasiado grandes para la boca de una niña; y los de violeta, pequeñitos y con la forma de la flor. Los de violeta eran los que más me gustaban, la textura empalagosa, el intenso aroma que desprendían cuando los saboreabas. Me parecía que comía perfume, y me encantaba.

Hace más de veinticinco años que no pruebo esos caramelos, pero el sabor y el aroma se han quedado grabados en mi memoria con la misma dulzura que se ha quedado grabado el amor de mis abuelos. Y eso me hace pensar que el aroma de las flores encierra el mismo misterio que el de los recuerdos de infancia; son frágiles y profundos, a la vez que intensos y llenos de fuerza.

Por eso hoy quiero regalarle a mi abuelo un ramo de violetas silvestres que, como los caramelos que él nos regalaba, me recuerdan siempre a él.

2 comentarios:

  1. En Madrid hay una tienda de dulces donde siguen vendiendo esos caramelos. Está en la carrera de San Jerónimo.

    Estupendos textos e ilustraciones, con ese cuidado por los detalles. Enhorabuena!

    Todavía tengo la acuarela de un oso que me pintaste hace ya la tira de años, en Madrid, en la época de la facultad.

    Yo sigo componiendo música instrumental, aunque la comparto con muy poca gente, en eso la cosa ha cambiado poco...sigues conservando los cassettes que te grabé? (sería un milagro...)

    Enhorabuena por el blog y por tu creatividad
    Javi

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    1. Mi tía María Rosa, que posee una memoria prodigiosa, ya me había advertido del error cometido en la ubicación de las confiterias (situadas una en la Puerta del Sol, y la otra, muy cerca de la misma) Allí es donde estaban en la época que mi abuelo compraba o encargaba estos caramelos. Así que queda subsanado el error.

      Gracias, Javi, por tu saludo y tu comentario. Qué flash, después de tantos años, jeje. Me alegro mucho de saber que sigues componiendo música y conectado a tu creatividad. Lamentablemente los cassettes que me grabaste ya no los tengo desde que fueron reemplazados los cassettes por los CDs.

      ¡Mucha suerte y felices composiciones!

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